Las instituciones educativas enfrentan desafíos sociales diversos y juegan un papel crucial en moldear la sociedad que deseamos, siendo la formación en valores esencial en este proceso diario. Formar en valores significa

aprender a convivir respetuosamente, reconociendo los derechos y responsabilidades tanto propias como ajenas. Es entender que cada persona es importante y merece ser tratada con dignidad. Además, es vital comprender la importancia de cumplir acuerdos, ya que estos son fundamentales para mantener la convivencia democrática y pacífica en nuestra comunidad. Se hace indispensable respetar estos acuerdos para la buena relación dentro de los albergues.


Al integrar estos valores en la educación, no sólo transmitimos conocimientos académicos, sino que también formamos ciudadanos comprometidos con el bienestar común. Incluir estos principios en la vida diaria de los albergues educativos refuerza aún más estos ideales, creando un ambiente donde todos se sientan valorados y respetados, independientemente de las circunstancias.

El I.P.E.T. N° 58 cuenta con dos albergues: uno para varones con capacidad para 150 (ciento cincuenta) estudiantes y uno de señoritas, con 130 (ciento treinta) estudiantes. Además, posee un staff, conformado por una Jefa de Albergues, diez preceptores en el de varones y ocho preceptoras en el de señoritas.

Entre las actividades realizadas en los albergues, se puede conjugar momentos de recreación (con juegos didácticos, espacios saludables, gym, equipamiento deportivo, tales como pelotas de voley, básquet, handball,  cricket, etc.; así como espacio de encuentro  para charlar, tomar mates, ver televisión, etc.) ; y momentos de estudio , donde se complementan y refuerzan  los contenidos dictados en clase .

Entre nuestros objetivos podemos enunciar el de albergar a los estudiantes que viven en otras localidades, en especial de la zona rural, y que han optado por la educación técnica y formación profesional, también  proponer un espacio de estudio, investigación y recreación donde se favorezca una convivencia respetuosa, entre pares y docentes responsables. Por tal, se tiende a implementar lazos sólidos con las familias priorizando el vínculo entre los padres y quienes trabajamos en los albergues, ya que ambas partes compartimos la tarea formadora del estudiante.